Nuestra Misión es la Salud

de Nassau County

Creando un Plato para una Alimentación Saludable

Aquí está la historia de Jin:

He tenido diabetes por un año. Cuando me diagnosticaron por primera vez, estaba enojado y confundido. Realmente no me gusto la idea de tomar medicamentos toda mi vida. ¿Necesitaría usar insulina también? Y la comida — ¿qué podría comer? – ¿Iba a poder comer carbohidratos como arroz, pan ó pasta? — Eso era imposible! Me encanta la comida. Soy cocinero.

Mi médico me dijo que me calmara un poco, que respirara profundamente y visitara al nutricionista. Dijo que no debería hacer cambios radicales que yo no pudiera seguir. Que el nutricionista me ayudaría a hacer cambios sensatos y lentos en mi dieta. Lo primero que me mostró el nutricionista fue una imagen de un plato con comida saludable. No daba miedo en lo absoluto.

¿Adivina qué? Tenía todos los grupos de alimentos, solo cantidades diferentes de lo que estaba acostumbrado a comer. Aproximadamente la mitad del plato era para vegetales sin almidón, como brocoli, repollo y espinacas; aproximadamente un cuarto de el plato debía incluir una proteína, como carne magra, pescado, pollo, pavo, frijoles, nueces, huevos ó lacteos bajos en grasa. El último cuarto de el plato debía ser para granos y verduras con almidón, como panes integrales, pastas y cereales, arroz, maíz, papas, guisantes, plátanos y palomitas de maíz.

Me reuní con el nutricionista cada seis semanas. Esto me ayudó a mantener el rumbo. Me tomó un tiempo entenderlo porque estaba acostumbrado a comer muchas proteínas y carbohidratos. Aunque soy cocinero, trabajo muchas horas y como mucho. Trabajé con mi nutricionista para decidir sobre opciones saludables a la hora de comer fuera — incluso en lugares de comida rápida. Me propuse a cocinar en casa los días que no trabajaba y congelé algunas opciones de comida casera y saludable para la semana. De esa forma siempre tuve algunas opciones rápidas y saludables, incluso cuando era tarde y estaba cansado.

También así podría decider cuánta grasa, sal y azúcar había en la comida que estaba consumiendo. Empecé a hacer ejercicio a diario. Estaba nadando como lo hice cuando estaba en la escuela secundaria. Al principio una vez por semana. Luego tres veces a la semana. Resulta que no necesitaba insulina — solo pastillas que tomo por ahora. Con mi dieta, ejercicio y medicamentos, mi peso ha bajado y mi diabetes está bajo control.